miércoles, 14 de abril de 2010
Alameda, 6:07am
Decidí poner solo volumen 23, y estar atento a cada sonido, para hacerlo inolvidable. El frío era lo de menos, porque la Torre Entel brillaba con tal luz, que me dijo que la micro pasaría enseguida. Nunca me había demorado tan poco en llegar. Estoy seguro que fue porque las calles dormían aún, y la sangre no corría haciendo tacos, con bocinas ni mucho menos colectivos llenos de gente que lo único que sabe hacer a esa hora, es notar cuánto sueño lleva en la cara el otro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario