
Sé que le gusta el té de hoja. Hace sus trabajos en mi casa, y los hace en la mesa mientras yo la miro. Se pone mis poleras y mi ropa, por el frío. Le gustan las hojas de mi casa, mientras cambian de colores cuando ella llega. Infla los globos, mientras mi casa se va pintando de colores con su risa. Es mi pequeña, y es feliz. Es feliz conmigo yo creo. Me mira distinto. Siento su mirada distinta, y prefiero decirlo siempre. Te amo tanto. Gracias por invadir mi vida, y hacerme perteneciente a la tuya. Gracias por imaginarte como una fruta, como un sol, una flor. Una nube, donde me subo, mientras tu risa me afirma la espalda, que es tuya. Tanto como mis manos, mi alma. Mi corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario