viernes, 2 de abril de 2010
V e n t a n a
Los reflejos de los rostros en el metro, parecen otro mundo. Las ventanas parecen movedizas, pero las risas se ven idénticas. El sonido se nubla con el aire de afuera, y las manos se ven nubladas. Los ojos se mueven al otro lado, y los colores son más oscuros. Siempre me fijé en eso. Sin embargo cuando el tren llega a la estación, la ventana se apaga. El mundo se acaba, mientras la gente esperando el tren, mira como los rostros se van apagando luego de aquella travesía, donde todos teníamos dos caras, dos mundos.
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